Hoy que era día libre planeé irnos de escapada para la playa. Quería Los Roques y no se pudo, así que mi nueva idea fue desayunar en Todasana, estar allí asoleándonos hasta mediodía, comer algo ligerito y subir a Caracas para estar acá con calma para las 4 -5 de la tarde aproximadamente. Un plan simple y agradable.
El plan se iniciaba a las 5 am para despertarse, prepararnos, tomar un café y salir antes de las 6. La única razón de hacerlo así de temprano era evitar la cola de viajeros a la playa, al aeropuerto, la cola de la vía de contingencia. Así fresquitos disfrutar de la salida del sol completamente mientras rodábamos y llegábamos al lugar.
La noche previa al paseo llegué corriendo a casa, saqué las cosas playeras, preparé el bolso: sombrero, dos bloqueadores solares, ropa de cambio para el esposo, vestidito fresco para mi. Me coloqué los guantes de limpieza y lavé a fondo la cava (que tiene más de 2 años sin usar, almacenando polvo de la vida), dejé a mano la llave del carro, mi traje de baño, busqué los vasos térmicos y dejé mi bolso de mano arreglado. Además desocupé la maleta del carro para no llevar nada extra.
Las toallas las ubiqué estratégicamente y -si Jesús hubiera demorado más- hubiese cargado el carro con todos los elementos esa misma noche, para tener todo listo para la partida.
Llegado el hombre a casa, los planes cambiaron. La sorpresa debió ser develada abruptamente ante la lista de actividades ya planificadas por él para realizar este día del trabajador. La sorpresa, mi plan de ir a desayunar a la playa, bañarnos y broncearnos un poquito relajados, alejados del mundo, se quebró en el acto. No desmayé del todo.
No. Permanecí con todos los arreglos en su mismo estado. Me reservé una esperancita. Quizá antes del amanecer, entre gallos y medianoche, el chico cambiaba de parecer y retomábamos la aventura. Negativo. Ni el clima me ayudó. Amaneció oscuro, nublado, lloviendo. Abrimos los ojos a entrada las siete de la mañana... el panorama inminente canceló sin dudas mi escapada para dos a Todasana.
¿Chimbo?.. en exceso. Todavía si me toca el tema, exploto en pedacitos poco amigables.
otra vez será.
5 comentarios:
tranquila otro día lo harás, un besito.
Tranquila amiga, igual te sale pla-ya, jejeje. ¡Viva!
Como dice el dicho martis "una cosa piensa el burro y otra el que lo va arreando", no te preocupes ya te tocará tu arenita playita. Un beso.
Tomalo que fue mejor asi......ya se que ladi...pero siempre cuando algo no se da...creo que fue mejor!!!!
Un beso y ya te saldra el dia del playeo
Chicas, amigas, gracias por sus palabras. No se pudo ese día, es cierto, pero como dijo Monic y vaticinó Pelirrohita luego sí recuperé el solecito en un viajecito de fin de semana.
Besitos a todas ;-)
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