jueves, diciembre 16

Reencuentros...

Desde que salí de la universidad he logrado mantener cierto contacto con algunos compañeros, pero otros, inevitablemente se quedan en el camino y se pierden los vínculos. Con las redes sociales logré ubicar a uno que otro de esos "extraños" y es muy emocionante retomar la palabra, volver a conectarse, saber de sus vidas, sus logros, sus cambios.
Sin embargo nada se compara con volver a VER cara a cara a uno de esos viejos y queridos amigos... especialmente en una situación totalmente inesperada como el consultorio del dentista. Me pasó hace ya 3 semanas. Estaba en la sala de espera, revisando los mensajes del teléfono y oí una voz muy familiar. Me pareció casi increible ¿cuáles eran las probabilidades? El entraba hablando muy fuerte, saludando a todo pulmón -como siempre- se reía y pasó directo al consultorio. Quizá no era... creo que ni me vio. Me quedé con la duda.
Terminada su cita, nuestros ojos se cruzaron justo cuando tímidamente le decía en voz más alta ¿Rubén? y pues Sí, era él, y el abrazo, el grito, la sonrisa no demoraron. ¿Cuantos años? ¿8, 10, 12? te perdí la pista cuando estabas viviendo en el interior del país...ah! pero me mudé a la isla, wow! Ahora regresé y volvi a trabajar con esta gente. ¡Que súper! me tocaba mi turno. Entre risas y medias palabras nos despedimos mientras mientras me sentaba en la silla del doctor. Ten mi tarjeta no tengo donde anotar tu telef; te llamo tranquila, salgo de viaje por 2 semanas más. Vale, vale, que gusto volver a verte. Y con su habitual revelo y velocidad, se fue.
Fue como abrir un huequito en el tiempo, mirar atrás, recordar las horas de estudio, los recesos entre clases, las risas y los trabajo de equipo, la graduación con sus interminables despedidas y promesas de permanecer en contacto, no perderse, volvernos a ver... Él no está en FB, le choca. Puedo entender porqué. Ahora tiene un cargo alto, de gente seria, en el gobierno. A veces es mejor dejar los recuerdos juveniles en formato analógico, en la memoria, en los negativos almacenados en algún lugar de la vida.
A pesar de todo eso, siempre es lindo tener esos 5 minutos de flashback y volver a sentirse jovencito, y saber que las personas que uno quiere y que recuerda bonito, siguen queriendonos y siguen siendo bonitos, a pesar del tiempo, la separación y las distancias.