sábado, octubre 6

¡¡Ya no aguanto más!!! : esto es un desastre

... si fuera creyente de las teorias de conspiración pensaría que el mal servicio que hemos tenido durante la última semana con la energía eléctrica es como planeado para provocar caos y desasosiego general.

Me siento impotente. Esta última semana el servicio eléctrico ha sido una soberana PORQUERIA. Es inaudito que tengamos intermitencias y apagones día por medio, como si esto fuera una isla del Caribe con precario suministro. Acá no deben pasar esstas cosas, y sin embargo suceden con una frecuencia preocupante.

El domingo se fue la luz dos veces en mi urbanización. El primer apagón duró como 10 minutos. Leve pestañeo, si acaso un segundo de luz y nuevamente oscuridad total. Prendí varias velas en la entrada de la casa por si Jesús llegaba, no se fuera a caer por la escalera. El segundo apagón duró poco más de 15 minutos. En ese tiempo tuve de nuevo que ir a desenchufar los teléfonos inalámbricos y verificar que nada estuviese "encendido" para evitar que un repentino regreso de la energía pudiese sobrecargar los circuitos y fundir los aparatos. Cuando Jesús se asomó a la puerta, yo estaba tratando de leer el diario en el sofá, a punta de linterna auxiliar.

El martes de nuevo incidente molesto. Un apagón breve, quizá 5 ó 7 minutos; aún había algo de luz solar así que pude movilizarme por la casa sin linterna. Miércoles nueva repetición. Yo en pleno proceso de hacer la cena, toda entuciasmada y el apagón se presentó. de muy mala gana. Tomo la linterna. El celular indica que ha transcurrido casi 10 minutos. Me resigno tranquila. Ya el mal humor empieza a asomarse pero respiro. De pronto regresa la luz y todo de nuevo es maravilloso. Pero como dicen por ahí, la felicidad duró muy poco. Monto de nuevo la cena, apuro el paso para que al menos quede cocida y ¡zas! apagón número dos. Este si que fue masivo. Afuera ni luna hay esa noche. Ando totalmente fastidiada. El barrio al fondo está iluminado, vivito, perfecto, la música de la fiesta habitual me acompaña. Estuve casi 20 minutos a oscuras.

Esa noche dormí con intermitencias. Me pasaba por la mente que de haber otro apagón los relojes digitales de la tele y del microondas quedaban inactivos y yo luego, me quedaría dormida en la mañana. Mi temor se presentó por partida doble. Escucho el sonido familiar del apagón. Que ladilla, esta vaina me va a dañar la nevera... trato en vano de despertarme completamente y desenchufar todo pero no puedo. Leve pestañeo de la luz, todos los reguladores se reactivan, nevera, vinera, televisión, computadora, tel....¡zas! apagón de replica. Vienen en pares, es un patrón extraño. No sé cuanto tiempo pasó, pero no pegué un ojo hasta el amanecer.

Ya el jueves me daba igual, pero mantenía algo de optimismo. Quien sabe y hoy hay luz continua; todo parecía normal. Como a las 7:15 pm recuerdo que debo ir a la farmacia y como cierran antes de las 8, dejo la laptop encendida y conectada a internet para retomar sin demora mi asunto laboral en el que trabajo... No sé cuando empezó el apagón de es anoche pero ha sido el más largo hasta ahora. Quizá pasé 45 minutos entre ir y venir a casa de la farmacia. La oscuridad cubría todo a mi regreso. Desde la calle, fuera de la urbanización, varias cuadras antes de llegar. Negro cerrado. Que peligroso luce todo así.

Al llegar a casa traté de invertir el tiempo en lo habitual; me puse mis guantes y lavé los platos pendientes. El apagón era completo en la zona. Después de media hora me aburrí mucho y enchufé el teléfono analógico para al menos conectarme con el resto del mundo. Hablé con mi hermana buscando una respuesta similar a mi caso, pero por su casa todo bien. Que vaina...

Se me ocurrió aprovechar la batería de la laptop y segir con el email que dejé a medio camino pero ¡caramba! sin energía no tengo internet. Ya ni trabajar puedo. Estoy que pe pellizcan y suelo bilis. Todo desenchufado. Todo solo. En silencio. No quiero ni abrir la nevera para preservarle el frío. Esta vez cerré la puerta principal con doble llave. Quizá este es el momento en que los malandros se apoderarán de las casa, desvalijando todo en la penumbra. No me tomarán por sorpresa. Tengo mi linterna a mano. Ilumino a todas partes, por las ventanas hacia afuera pero nada, todo esta negro. El celular indica que ya van más de 45 minutos. Los platos están limpios, así que agarro la lechoza y la pelo con esmero, la rebano, la pico en lonjas, la guardo en la nevera... necesito algun incentivo, esta soledad y oscuridad me tienen harta.

Ya solo espero el allanamiento de morada. Si algo ocurre nadie se enterará de las noticias hasta que regrese la luz. EL celular está extraño, pierde señal sin razón aparente. La casa se hace muuuy pequeña en momento así. Me senté en el sofá a esperar. Pestañeo leve, click, click, click. El regulador de voltaje de la computadora y la nevera se manifiestan. Creo que finalmente se hizo la luz. Una hora diez, una hora cinco... ¡¡¡1 HORA SIN LUZ; EN APAGON!!! ¿quién se responsabiliza por esto? ¿le preocupa a alguien que la negligencia me cause severos daños en los electrodomésticos? ¿quién asume las consecuencias en un quirófano? ¿acasó la EDC indemnizará a los viejitos o a los niños que se tropezaron y/o se lesionaron bajando una escalera o que se quedaron atrapados en un ascensor? NAAAADA DE ESO.

Uno debe calársela. ¿A quién le reclama uno estas fallas tan extrañas y seguidas en el servicio? vaya ud. a la EDC y verá que ellos se excusan con una frase elegante y una sonrisa en el mejor de los casos. CALESELA AMIGO MIO. Este seriado de noches sin luz es regalito recurrente en el 2007. Ya es demodé, anticuado, out avisar o hacer "apagones programados" como ocurría antes. Esto se repite a cada rato y no hay ni siquiera una disculpa chiquitica en ningun medio público. Uno debe pagar sus facturas y agradecerle al supremo dios del mundo que el servicio de energía eléctrica aún sirve, que podemos usar electricidad para vivir como seres humanos modernos en una ciudad moderna, sin tener que recurrir a las fogatas, total en Cuba los apagones son moneda corriente. ¿Y entonces? ¿hasta cuando seguiremos con este mal servicio, con esta irresponsabilidad? Basta de negligencia vale!

lunes, octubre 1

Se nos murió el morrocoy....

... que mi mamá tenía como mascota desde hace aaños en casa.

No sabemos qué le pasó. Ella siempre estaba pendiente del animalito.
Que si la dieta de frutas y flores le iba bien, que si conseguía en el parque algun monte que le gustara, que si darle carne solo una vez al mes para que no pusiera agresivo, que si le pulía el caparazón con vaselina para que quedara siempre brillante y "se hidratara".

Es chimbo. Este es el último morrocoycito que teníamos. Lo criamos desde que era una criaturita de concha suave y hundidiza. Nos lo regaló mi tía de su finca en el interior. Ella sabía que siempre habíamos tenido morrocoyes bebés en casa. Desde que recuerdo, fueron la mejor opción -sino la única- de mascotas en la casa. Mi mamá siempre pensó que era muy cruel tener aves enjauladas, y ni siquiera se le podía mencionar tener un cachorro o un minino. El primero porque "sufren mucho en apartamentos" y el segundo porque a ninguno de nosotros le simpatiza realmente los gatos.

Así que los morrocoyes fueron lass mascota del siglo: bajo mantenimiento, cero ruido, fácil de querer, fácil de cuidar, dieta económica y natural. Su casa era el jardín... bueno, realmente la jardinera del cuarto de mi mamá, que pasó de tener mucha tierra a solo macetas, pero el área del morrocoy estaba súper acondicionada: casita de cartón con techo cuasi impermeable, para protegerla del frío de la noche y del agua que pudiera salpicarle cuando regaban las matas.

Mi mami siempre estuvo pendiente del animalito. De éste y de las generaciones previas; si mi cuenta no me falla habremos tenido entre cuatro y seis en los últimos 12 años. Llegaban a casa por tandas, dependiendo de la tía que nos lo regalara o de la casa de la abuela que nos cediera una cría por la sobrepoblación local. Los teníamos en una casa, empezábamos en cajita de cartón, luego en maceta, después al jardín y allí quedaban hasta que regresaban a su tierra. Eso ocurría cuando alcanzaban un tamaño poco mayor a las dos palmas de la mano juntas; allí era momento de llevarlos de regreso. Este último fue la excepción.

Ya pesaba su par de kilos. Era peso maciso. Mi mami le conocía hasta las manchas de las patas; éste las tenía rosaditas a diferencia de su último roommate que era más bien anaranjadas oscuras. Vivía solo desde hace como dos años, generalmente convivían dos o tres juntos, pero éste llegó tan chiquito y débil que su compañero ya se había ido. Ahora estaba tan grande y lindo que creo que mi mamá se encariñó más. Lo cuidaba con esmero, le seleccionaba las frutas o las hojas de lechuga que le gustara.. hasta mantenía un compartimiento dentro de la nevera para su comida.

Ayer el animalito no salió a pasear. Mi mamá pensó que el frío o la humedad lo tenía recogido en casa y no se preocupó. Pero hoy la cosa ya era extraña. La comida permanecía intacta y no había señales de movimiento. Tuvieron que sacarlo de la jardinera. Allí descubrieron la triste realidad. Tranquilito, calladito como siempre, consus ojitos cerrados, Anastasio (¿o era Eriberto?; nunca compartí eso de colocarles nombre) se durmió para siempre y nos dejó un caparazón apagadito de recuerdo.

.... Se le extrañará con cariño.