Fue hace un par de sábados por la noche. Nos fuimos todos a pasar un rato agradable en el teatro y disfrutar de las cada vez más fugaces temporadas de zarzuelas. Esta vez presentaban solo por un fin de semana La leyenda del beso,de Soutullo y Vert. La puesta en escena estuvo impecable. Las voces, las representaciones, el vestuario, la escenografía, el ambiente. Mención especial merecen la Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, que realizó una presentación magistral. Así mismo, los artistas que tenían en sus hombros los roles princiaples:
- la soprano Melba González (Amapola), la gitana objeto de pasión;
- Franklin de Lima (Conde Mario), un excelente barítono que además actúa muy bien su personaje,
- destacan los personajes de Gorón, el donjuan del grupo de amigos, interprestado por Blas Hernández (tenor cómico), así como el capataz de muy mal genio y espíritu directo y llano. Ambos le ponen el toque cómico a este drama gitano.
Los amantes del flamenco deliraron con Diana Patricia, La Macarena, junto a su compañía de flamenco Rocío, que desarrollan un interesante trabajo escénico. La Macarena además, ofreció un solo (¿será correcto decirlo así?) casi al final del segundo acto, donde se lució en todo su arte, con fuerza y dramatismo sin igual.
Un buen toque fue la correcta ubicación de la pantalla donde se proyectaron cada uno de los textos y las frases cantadas, actuadas y declamadas a lo largo de las casi 3 horas de función (intermedio incluido), lo que aseguró que el público en todo momento estuviese conectado con el contenido de la obra, con el lenguaje de la época (ajustado cuando fue conveniente) y con toda su intensidad.
Historia: La leyenda del beso es un pieza lírica (nuevamente, ¿será está la denominación correcta?) que se desarrolla en tierras castellanas. Allí se ha dirigido el conde Mario para celebrar una cacería en la que pretende anunciar su próxima boda.
Poco antes de dar a conocer sus intenciones llega al lugar una tribu de gitanos que acampa en la zona y entre los que está Amapola, una joven gitana cuya belleza impresiona a Mario. Sus pretensiones de cortejo, sin embargo, se ven truncadas por la leyenda del beso, en la que se proclama que la muerte alcanzará a quien bese a Amapola. Mario, no obstante, jura que él tomará ese beso, aunque pueda costarle la vida.
Mario espera ansiosamente la ocasión, Amapola por fin viene a él, y en el clímax de su Dúo: ¿Vendrás, mujer? se besan. La profecía de los besos hace su trabajo. El beso y la salida de Amapola han matado de hecho todas sus esperanzas, y ahora nada en la desesperación.
La Leyenda del beso, fue el toque especial que hizo que un tradicional día atareado (qué rarro para mi, ¿no?) terminara siendo una velada divertida, alegre, inesperada y de calidad.
3 comentarios:
Como me gustaba la zarzuela, con la cantada en el intermedio!!! Una vez estabamos en el Teatro Municipal y en el canto común sonó una vocesota increíblemente hermosa junto a las demás comunes. Aquella voz en lugar de acomplejar al público como que nos dió mas ganas de cantar. Nunca supimos quien fue, pero se lo agradezco.
¿Sabes qué? El bebé también disfrutó de la zarzuela. Así es, empezándolo joven con la música.
Disfrutar de una zarzuela es magnifico, me alegra que la hayas pasado muy bien besos para ti y para tu bebe.
para mi una de las mas hermosas epresiones del arte, la opera reune casi todos los elementos para convertir una noche cualquiera en una de fantasia y magia.
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