... a la pareja, al levante, al corazoncito que trata de atrapar a alguien.
Como ya saben suelo hablar de comida en mi blog. Suelo comentarles los lugares, los platos o las bebidas que más que gustan y las sensaciones que me producen. Bueno, hoy no será la excepción.
Preguntaba un compañero de la oficina qué lugares recomendarle para salir con su novia to-be o qué vino pedir para completar la ocasión. Varias fueron las sugerencias, algunas obvias y trilladas (flores, cena, baile y zas!), otras más intimistas (cena, película en casa y zas!), algunas vagas referencias de un restaurante o de un sabor. Yo me fui por algo más parecido a momentos especiales, esos que tal vez son menos elaboradas pero tienen detalles que animan a algo mejor. Por ejemplo:
- Un vino: si quieres blanco un Chablis, muy frío, dulce y con cuerpo, acompañando quizá una comidita ligera o un rissoto cuatro quesos. Otra opción sería un Chateau Los Vascos afrutado, riquísimo con cremas blancas, botanitas no muy saladas, conversación alegre y próxima. Podría ser un buen final de una salida de baile no frenético pero sin duda animado.
- Un postre: el chocolate suele hacer quedar bien a cualquiera, entonces un fondant o una torta de chocolate fluido sorprende por lo inesperado, por lo rico y como es un postre juguetón, de la dulzura se pasa a las risas, las risas al compartir y entre bocado y bocado, el chocolate líquido se queda en los labios .... y pues, a limpiarlo con ternuna (por decir lo mínimo).
- Un sabor: ¡¡¡ceviche!!! ácido, picante, spicy, crocante (cuando pruebas los maicitos), es un juego de sabores que invita a conversar, a degustar, a sentir, con un frizzante helado o con una mini botella de champaña (como la Frixenet negra o la Möet & Chandon) de lujo. Las burbujitas agregan la nota sexy a las sensaciones bocales... lo demás viene solo.
- Un sonido: chill out, lounge, drum&bass... combinan chévere en cualquier ocasión. Es rítmico, invita a balancear el cuerpo, a moverse; no muy rápido quizá bordeando lo lento cosa que lo hace más sensual. Invita a hablar más de cerca, más bajito, más rosando la oreja y claro está, con las manos más cerca de los brazos suavemente hacia la cintura o por la espalda, directo a la nuca.
- Una textura: cremosa para la comida; cálida para el abrazo que espanta al frío; mullida para el cojín.
Un giro inesperado:
- Después de estudiar: quizá la noche de estudio en equipo terminó temprano y cada quien a su casa. Ese es el momento para "relajarse" un poco bailando estilo años 50. ¿Por qué no algo techno o reggatón? porque sería inescrupoloso, el mensaje sería muy directo al grano, y el objetivo es solo relajar. Entonces, oir algo tipo Rod Stewart o Tony Bennet orquestado funciona muy bien: son inesperados. Una salida "sanamente loca" produce risas, permite pasos de baile extraños (para como se baila ahora) y jugueteos cariñosos (especialmente las canciones más movidas que luego dan paso a lentas y sexys). Luego de un par de canciones, se caen extenuados en el sofá y de allí a la charla personal solo hay un briquito.
- Diez minutos de break: diligencias manejando entre un lugar y otro; a la mitad del asunto, justo antes del regreso a casa se baja el ritmo en un segundo con música adecuada y un libro. No que sea leer un manual técnico ni Cien años de soledad, sino oir quizá de fondo a un buen saxofista o trompetista y de pronto, "epa oye esto" y leer un párrafo o dos de un libro acorde, afin con los gustos de la persona objetivo. Si la lectura no es el fuerte, solo estacionarse a oir la música tranquilo, abrazos y ya. La gracia del instante basta.
- La hora del té: ciertamente acá no se ritualiza la merienda de la tarde, sin embargo la sorpresa que produce enviar justo a esa hora una tarjeta electrónica animada o, si se puede, enviar por delivey un postrecito a la oficina genera puntos positivos en el tema del romanceo.
- Sano y sabroso: típico que las salidas parecieran tener pegadas la palabra alcohol para que se animen las cosas. Bueno, una opción es tomarse un poderoso jugo de frutas mixtas con un leve toque de canela o de menta, por ejemplo como los que sirven en Ara en el C.C. Tolón en Las Mercedes. A buen precio, presentados muy decentemente, 100% alcohol-free, en combinaciones que hacen agua la boca y son 100% disfrutables.
- Escape inocente: lo mismo al Museo de las Piedras Marinas Soñadoras que es todo un paseo sensorial, de baja inversión y divertido; una caminata por el Muro de la Paz; que una salida súper zanahoria a un zoológico de contacto. La clave es salir de los lugares comúnes, de la zona de confort y hacer algo inesperado, como subirse a una montaña rusa en pleno día de semana.
- Más sensual: Quizá la salida no es tan ligh o tan juvenil. Quizá se aprecian más las ocasiones más maduras o privadas. Allí me inclino a los tintos, rojos y de manera fugaz con vinos rosado. La música me llevaría más al bossa (incluso las versiones mixtas como Rolling Stones, Bob Marley y Gun' n Roses en este ritmo... no U2, esta combinación está destinada al fracaso.)
El ritual aquí es ser inesperado, original, divertido. Hacer una rutina de detalles especiales, de situaciones que invitan a acercarse, de salidas donde lo importante más que impresionar por la chequera o lo hip de lugar es pasarlo bien dándose permiso para relajarse y perder el miedo. Las citas perfectas generan DEMASIADO stress y eso eleva las posibilidades de meter la pata y pasarla mal.
En temas de romanceo la fórmula exitosa puede ser muy simple. Hacer de un día ordinario algo memorable, no tiene que ver con fechas especiales ni aniversarios, solo la celebración de un momento juntos seduce muy poderosamente. ¿Donde termina esto? donde uno se halla fijado la meta con el sujeto objeto del deseo.
2 comentarios:
Demasiado bueno este post.
Muy útil sin duda!
Gracias por compartirlo. Esto si es INFORMACIÓN!!!
El blog de martis te educa,
el blog de martis te enseña,
con el blog de martis aprendez. jejejejeje
Bien Martis, muy bien!!!!
(Por cierto, me encanta la fotico, no se porqué)
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