jueves, julio 19

Un día planificado: así como cualquier otro

... en que una se despierta pensando que todo está organizado y en su sitio, pero la realidad sorprende.

(Este post lo hice hace tiempo, y entre cambios de agenda y despistes inesperados, lo había dejado en borador en lugar de publicarlo. Hoy lo leí, y aunque los hechos ocurrieron hace unos meses, se parece tanto a un día tipo en mi vida, que decidí compartirlo con ustedes.)

Hoy mi día pasó de rutinario y normalito a un subi-baja de noticias con gran carga emocional. Las cosas cambiaron tanto, en tan corto tiempo, que para las 11 de la mañana, ya había colgado la agenda para evitar más sobresaltos. Me explico:


Mi plan: reunirme a media mañana con un potencial cliente fuera de la ciudad, regresar a casa a la hora de almuerzo. De allí pasar a la oficina, hacer el papeleo habitual (emails, llamadas, debriefing) y a la salida ir a casa de mi mamá a desearles un feliz viaje. Luego de eso, llegaba a las 7:30 pm a mi casita, con mi esposo, la cena y la película de la noche. Todo sencillo y rutinario.

Realidad: Me desperté a la hora correcta y las 8:00 am ya el día había empezado a mutar. La señora de la limpieza no vino a casa, así que para mantener lo planificado, me propuse dejar ropa lavándose y pedirle a Jesús que completara la tarea. Satisfecha con el plan, me dispuse a prepararme desayuno pero chilló el celular para recordarme un depósito urgente que debía hacer; uhmmm bueno, la lavada la dejé stand-by.

8:20 am recibo en mi celular el maravilloso mensaje de mi amiga Lili. Sarah Michelle nació en la madrugada, estamos en la clínica tal, habitación cual. !WOW¡ que alegría. Esperábamos su nacimiento para estas fechas; pasaré a visitar a la nena ¿Vienes conmigo amor?... pasaré a verla al final del día lo que recorta de inmediato la visita prolongada a casa de mi mamá.

8:45 am mi jefe me llama para verificar si pasaré a la oficina en la mañana porque tenemos que reunirnos. ¿Pero tú no ibas a tener reuniones fuera de la oficina? y mi jefe a pesar de darme la razón, finaliza con la coletilla de vernos al final de la mañana para resolver las cosas pendientes lo que supone eliminar mi almuerzo casero para irme a la oficina veloz luego de culminada la reunión con mi potencial cliente.

Resignada a los nuevos ajustes, nada graves pero ajustes al fin, intento sin éxitro hablar con el cliente para estar sobre segura de la dirección de la cita. Sorpresa, sorpresa. Su asistente toma el recado y a los pocos segundos me llama mi contacto, para excusarse porque algunas actividades de infraestructura se han retrasado y sería inconveniente vernos durante el día de hoy. Okey.... son las 9:14 am y yo voy en camino a una reunión, fuera de la ciudad, una reunión que empezaría a las 10 am pero que se está suspendiendo en ese momento vía celular y porque YO llamé.... ¡que belleza pues! Respiro. No es tan grave, simplemente regresemos a la oficina, paso al banco a mediodía y estamos tranquilos.

Manejo de regreso a la oficina y mi celular de nuevo dando la hora. La noticia es mala: El papá de una amiga falleció y será cremado entre 2 y 3 de la tarde. Es chimbo. Ella quizá tenga menos de una semana en el país y le toca este golpe... ni hablar. Conocí a su papá, recuerdo lo frágil de si mamá, quiero estar con ellos en estos momentos. Así que suspendo mi actividad del mediodía para trabajar corrido y tratar de pasar a acompañarla en el cementerio.

9:50 am Quizá pueda hacer el asunto del banco antes de llegar a la oficina... negativo; tampoco podré ir al banco por ahora: me faltan datos que tengo ¡en la agenda en mi escritorio!. Es todo, a la oficina se ha dicho.

10:15 am Al menos acá todo está normal. Podré reunirme con mi jefe, completar las cosas pendientes y a las 2 irme al cementerio para después seguir el cierre del día según el plan... No creo. En la oficina mi jefe me atendió cerca de las 11:30 del día. Y como se hizo tarde quedamos pendientes de concluir algunos puntillos luego del almuerzo. Creoque al menos, eso de trabajar corrido se está cumpliendo... Conversé con mi amiga y por su tono, lo más prudente parece no acompañarla en el cementerio. Me entristece todo este jaleo. Así que de nuevo, ajustes a la agenda mental.

Llegué a la comida sin pena ni gloria. No se dio lo del cliente, no resolví lo del banco, la lavada quedó en espera, no pude llegar al funeral pero tampoco pude comer en casa; tuve que trabajar corrido, comiendo el almuerzo que venden en la panadería. Pensé que acaso podría ver a la nena de Lili al salir pero a las 3:00 pm ya Jesús me había confirmado que estaban dándole de alta así que le dejó unas flores de parte mía y eso fue todo. ¡En fin!, un día típico, inesperado y hacia el final aburrido.

1 comentario:

fitziane dijo...

Típico. Por eso dice que la mujer propone y Murphy dispone. Eso sí, de consolación, el post te quedó buenísimo.

Gracias por los comentarios tan gentiles que me dejaste en el blog mío. Tan lindos que se me apurruchungó el corazón. !Muuuua!