... porque nuestro Papa piensa que irse al latín, a los cantos gregorianos y a la separación de los católicos del resto de los cristianos nos va a ayudar en algo.
Disculpen. Estoy molesta. Y lo peor es que estoy molesta con mi Iglesia; bueno, con quien se encarga de velar por el gran armado de la religión católica. Me molesté al leer con más detenimiento las reformas que está promoviendo el Papa Benedicto XVI. Parece que Benedicto entiende que el progreso desvirtua la esencia de la religión o subestima a los católicos, pensando que los avances que se han logrado -basados en apertura, tolerancia, integración, etc.- deben echarse para atrás. Me asombra que incluso piense con toda convicción que que decisiones tomadas hace años en pro de la difusion de la religión católica, en pro de la integración de las comunidades y participación de los jóvenes sean erradas y deberían corregirse.
Me explico: volver a usar el latín en la misa tradicional. Cuando la Iglesia decidió que debía permitirse el uso de las lenguas locales se sustaron en que el latín dificultaba la verdadera integración de los pueblos y las personas a la fé católica. Básicamente, comulgar 100% con algo que proclamas pero no comprendes, algo que no sientes es un camino innecesariamente empinado. Cuando vemos que la labor de Jesús buscó acercar a la gente a la fé, al amor, a los principios que difundía, él hablaba en lenguas distintas. Sus discípulos hablaban en lenguas distintas, entonces ¿por qué debemos volver a regirnos por el latín, una lengua muerta que hace increiblemente fría, lejana, ajena y extraña el rito de la misa? Seguro que lo piensa para regresarle la solemnidad romana ayudará al crecimiento del muy golpeado catolicismo en el mundo.
Otra cosa que me molesta es que desee rescatar la exclusión de los creyentes, por ejemplo solicitando que los divorciados y vueltos a casar no puedan comulgar; que los curas se abstengan de ofrecer comunión e incluso celebrar misa en ocasiones donde la audiencia sea mixta -católicos y profesantes de otras religiones o creencias- No me parece adecuado. Entiendo que se debe depurar la Iglesia de los cambios que puedan deformar la doctrina, que puedan hacerla tannnn flexible o tan amigable que se convierta en una nueva vertiente de los protestantes, por decirlo de alguna forma; sin embargo, ¿en donde quedó el trabajo que durante tantos años y con tanta convicción y fé realizó Juan Pablo II?, ¿donde queda su labor por acercar a las religiones?, ¿donde queda la meta suprema de reconocer a Dios como la fuerza que debería unirnos a nuestros enemigos/pecadores/desviados de la fe/ etc., en lugar de crear distancias en favor de "una" religión católica más pura?, ¿cómo nos atrevemos de hablar de amor al prójimo, de igualdad, de tolerancia, si nos auto excluimos de los demás, si nos debemos replegar en la acción de mostrar nuestra religión con toda su extensión, con sus ritos, con sus actos?
Me molesta profundamente que se desee eliminar los cantos locales, populares y actuales que han ayudado a propagar la religión católica entre los sectores más humildes, más jóvenes, más reacios a ser "adoctrinados". La música es un vehículo súiper poderoso para unir a la gente, entonces, ¿por qué ahora debemos desistir de crear canciones más modernas, más rítmicas, igualmente santas, y con mensajes adecuados? ¿solo porque al Papa le gustan los cantos gregorianos y la música sacra? Quizá darnos la opción de disfrutar ambas sería más conveniente.
Me molesta. Siento que la Iglesia se quiere retirar a la edad media y lamentablemente, en esa época la mayoría estaba excludia, temerosa, desatendida. Después que no se quejen de que las sectas y las religiones alternativas (ni hablar de religiones serias como la musulmana, los protestantes o los judíos) ganen seguidores porque no solo satisfacen las necesidades de sus creyetes, sino que también les hablan en su idioma.