jueves, agosto 9

Lluvia, lluvia, lluvia: remando se llega

... a la esquina de la casa, a la oficina, a donde sea.

Estas semanas han sido la locura. Temporada de lluvias acentuadas más que nunca. Desde el domingo no deja de llover. Cada día, a cada rato, el diluvio es breve, dura entre 1 y 2 horas, pero si analizamos la intensidad del aguacero, se entiende completamente porqué ahora hay tantos carros anfibios. Naufragamos. Estamos húmedos, constantemente húmedos.

Esta semana la lluvia hizo que hasta apareciera una culebra en el jardín de mi casa. Anoche Jesús me advirtió. Yo me temía que eso podría pasar en cualquir momento. No porque el jardín esté recrecido e indomable, al contrario. Para las precipitaciones recientes, la grama se ha portado bastante decente.. aún se puede caminar con la certeza de que es un terreno urbano y no la sierra lluviosa de la selva tropical.

El caso es que el reptil casi le cae encima al viejito, dueño de la casa donde vivimos. Venían juntos caminando y conversando por la escalera y de pronto Jesús se percata de algo que se mueve arriba en el borde de la pared. ¡Cuidado Sr. A! y el viejito no comprende la advertencia. Lo jaló hacia sí, y por centímetros se salvó de que la culebra inquieta le cayera en los pies. Se movieron del lugar a la velocidad posible. Buscaron, vieron, observaron, no había rastros del animal, pero la penumbra y las sombras no ayudan. Así que siguió cada uno a su casa pero el sustico se alojó también con ellos.

La lluvia da para todo. No hay dudas. Para que salgan pequeños héroes ante las adversidades, y también pequeños reptiles escurridizos que no se quieren estar en un sitio húmedo lejo de los miedosos humanos.

Ya le dije a Jesús. Tenemos que pedirle a la Sra. E. que mande a fumigar, que hagan algo. No quiero ni pensar que me pase a mi llegando a casa una noche temprana luego de la oficina, huyendo de la lluvia y cargando lonchera, bolso, maletín de laptop y cansancio. Nop.

Sobreviví al susto del alacrán. Tomé medidas cuando se trató de ratones. Ignoro insectos y voladores, pero ¡una culebra! no creo que pueda. ¿No será venenosa verdad? y yo afirmo que no, ppor supuesto que no; pero por las dudas le pedí que sin demora solucione la iluminación de las escaleras y la entrada de la casa. Los escalones angostos, la humedad, los pocitos de agua, el sustico, no son buenas compañeras cuando de culebras se trata.

2 comentarios:

Lindisima dijo...

Muy cierto estos cambio de clima descontrolan todo, un besito

martis dijo...

Hola Lindisima, es una cadena de cambiecitos impredecibles, por ejemplo: la cantidad de moho que crece en las cholas de cuero cuando dejan de usarse unas semanas.
Gracias por el comentario. Besitos!