miércoles, septiembre 27

¿Reinarán las carnitas?, ¿las flaquitas se despiden?

Mientras se la pasan diciendo que las modelos anoréxicas son mal ejemplo para la juventud, que las actrices famosas que imitan el estilo de Jack son dañinas, cuando hasta la pasarela española se revela y sienta un precedente positivo en la historia de la moda rechazando en este Cibeles a las chicas muy esqueléticas; en otras partes del mundo la balanza se descontrola. No importa que lo muestren con ejemplos asquerosos como el documental Super sizes me! o con noticias sorprendentes como la mujer egipcia de 350 kilos que no podía ser desalojada de su casa ¡ni con grúa! la obesidad es un problema cada vez mayor.

Desde hace casi 1 década la obesidad se ha convertido en un mal global y hoy en día se le considera casi una pandemia (de muy grandes dimensiones). Cada vez son más los países que toman medidas para promover mejores hábitos alimenticios en la población, reenfocando el menú de los comederos escolares e incentivando a las cadenas de comida rápida a incorporar opciones ligeras o más naturales en sus menús. Estados Unidos luce con gran ¿orgullo? sus dimensiones anchilargas y alerta que los jóvenes hispanos son el grupo étnico más vulnerable y con mayor velocidad de crecimiento porcentual en casos de obesidad. (¿Será que nos engolosinamos cuando pisamos los EE.UU y dejamos de lado patrones de comida más saludable, que seguro sí respetábamos en nuestro país de origen?... en fin!)

El peso es un tema que atormenta tanto a hombres como a mujeres y pareciera que una lo toma como muy en serio. Alinearse en cualquiera de los extremos esconde muchos temores, ansiedades y conlleva problemas serios para la salud de la persona. Yo en el fondo creo una se reconcilia con sí misma cuando se mira al espejo y se siente a gusto. Si luego tiene la suerte de conseguirse con un chico o el galán de turno quien nos mira y nos suelta algo como “Te ves muy bien hoy” o "Yo quiero a una mujer que tenga 5 centímetros de más en las piernas y no les pare", allí es cuando una se dice ¡qué cuernos! Podría estar con un par de kilos de más, podrían nuestros muslos rozarse cuando una camina o incluso podría verse nuestro trasero demasiado grande para la visión personal... pero ¿y QUÉ? Comer es rico, sentirse bien es rico, quererse es MUY rico, y también es rico sentirse saludable. Al final del día, si una se mira al espejo y se siente bien, lo proyectará en cada paso. Los chicos -he aprendido- se fijan poco en esos 5 centímetros de más, o en esos 2 kilos extra. Quienes se fijan son las mujeres y si ellas no son el target buscado ¡pues qué carrizo! Lo principal es mantenerse sano, sin extremos, sin usar la comida o la ausencia de comida para compensar lo que nos falta, para mitigar los miedos, para disimular las ansiedades.

2 comentarios:

Jesús Nieves Montero dijo...

completamente de acuerdo, hay que evitar las exageraciones...

y, después de todos, las mujeres pefectivas como estatuas apenas si sirven para ponerlas en un pedestal de adorno...

salud por las mujeres de verdad!

j.

martis dijo...

Amén!