Brujas, adivinas, pitonisas: todos tenemos un cuento

Tengo una amiga por "adición" que se aplica en la fotografía. La chica ha hecho exposiciones en Boston (donde vive) que le han valido reconocimientos y premios en su comunidad. La tema en cuestión es que la chica está en Venezuela estos días para documentar la situación del país antes de las elecciones, cumpliendo con la asignación que le encargó un periódico local. Aprovechando el viaje quiso hacer su investigación en el bajo mundo del ocultismo y con sorpresa se dio cuenta de que acá brujos no faltan, lo que faltan son hombres que adivinen la suerte.

Mi amiga lleva varios días visitando consultas de tarotistas y/o adivinas de cartas españolas tradicionales. Cada quien le dice su predicción política, cada quien cuenta una historia distinta, pero todos coinciden en el sexo: solo mujeres han hablado. ¿Y los hombres donde están? Mi amiga está entre asombrada y preocupada porque no quiere regresar con un arsenal de predicciones femeninas; quisiera tener algo de balance, llevar fotos de hombres haciendo una lectura de algún elemento. Que si café negrito, con leche, marrón; caracoles, ramas, conchas, cartas, tabaco, lo que sea: ella necesita un hombre. Un hombre que le diga “Catira corta acá, saca tu carta y prepárate a grabar”... pero nada.

¿Acaso los hombres no saben leer el futuro? O ¿Será que la han asesorado mal, y se le están ocultando? Yo desconozco las razones. Creo que salvo Hermes el Iluminado, no ha localizado a nadie... y bueeee, Hermes es tan rojo-rojito que su predicción ya se la imaginaba mi amiga casi a pies juntillas.

Ahora, como siempre yo de ociosa, extrapolo ideas y me topo con que la fama de Brujas que nos hemos ganado las féminas, no es poca cosa ni azarosa ni coincidencial. Nada de eso. Es el resultado de una conspiración masculina ancestral. Así como lo descubrí lo expreso. Los hombres, en otra nueva mutación de su lesionado ego cedieron lugar a la mujer para que sea ella quien teja y desteja los hilos del futuro, para tener la excusa perfecta para llamarla BRUJA con todas sus letras, saboreadita sílaba a sílaba.

YO no me creo eso de que las facultades se despiertan más en mujeres que en hombres, nada de eso. Tampoco que la sensibilidad para interpretar mensajes y tener premoniciones se deba al desarrollado 6to sentido de la mujer que es más susceptible a captar esas vibras del universo; nada de cuentos chinos.

Todo es parte del plan desestabilizador masculino, que persigue como objetivo principal perpetuar la imagen de hechicera malvada de la mujer -esa que da vida; esa que lo rechaza y lo trae por la calle de la amargura; que lo desplaza de sus espacios porque no dan la talla; que le obliga a superarse y ponerse pilas; jeje- y se escuda en la vieja técnicas de etiquetar al oponente para ver si el efecto psicológico lo debilita (o a sus seguidores). Que vaina vale… caímos redonditas y se emocionaron. Lo bueno: ellos son los principales consumidores de sus servicios, y mientras más serios y rígidos (por ej. militares y políticos) los machos más dependen de lo que les predigan sus Brujas de confianza.