Hace unos meses hablé de los amigos mios que estaban en la dulce espera (Bebés: embarazos por doquier). El camino ha sido bueno y salvo uno que otro susto, las barriguitas han evolucionado bien, gracias a Dios. Hoy tenemos la 1era fiesta uno de esos bebés por nacer: hoy es el BabyShower de la nena de Lili.
Lili es primeriza, al igual que algunas de las asistentes quienes nos estamos estrenando también en este asunto de los baby showers. Nunca he asistido a uno antes. Dos de mis sobrinos nacieron en el país y yo estuve en contacto con mis hermanas a lo largo del embarazo... sin embargo, nunca asistí a fiestecida alguna. Sé que una vez fueron una amigas de mis hermanas y se sentaron a tomar café, echar cuentos y le entregaron regalitos y tal... pero ¿fiesta? nones.
Temo especular cómo será ésta. Me aterra que se transforme como en esas situaciones de películas donde las amigas invaden la casa con una lista repleta de juegos y actividades, la organizadora se desvive por indicar las reglas de decoración del lugar, la comida, bebida y obsequios que deben llevarse, el momento en que deben distribuirse y especialmente los temas infantiles que deben conversarse. Cierro los ojos y recuerdo la escena del Baby Shower de Mirada en Sex and the city (capítulo 66; 3/02/2002), que tuvo CERO toque neonatal: ni burritos con falditas, ni monitos con pelotitas, ni patitos marineritos, ni ovejitas rosajas, lilas o amarillas; nada de adornos de bebesotes, ni teteros, ni chupones y menos aun un pastel lleno de crema, imágenes de guardería y lazos y volantes por doquier. Nada de eso.
Espero en mi corazón que el rosado meloso se controle como el humo del cigarrillo. Me gustaría pensar que no usaremos vasitos, platitos, gorritos, y servilletitas de bebé Gerber ni nos tocará jugar a ponle el pañal al nené, ni juntar dados de goma espuma para divertirnos. La charla de pañales me sigue pareciendo húmeda.
Creo que no estoy preparada para eso. Me hacen falta unos cuantos lavados cerebrales antes de aceptar que la idea de un Baby shower es reconectarnos con nuestro lado más maternal; creo que se busca obligarnos a regresar mentalmente al vientre materno y a los primeros meses de existencia de un nené. Es cierto, los bebés son geniales, siempre huelen a talco, sabrocito; pero esos meses cuando los únicos colores permitidos son pasteles, las palabras se culminan en diminutivos odiosos y ninguna grosería por liviana y pertinente que sea es pronunciable, pues aunque se quema la Torre Eifel o caigan de nuevo las Torres Gemelas, el mundo es mágico y maravilloso, como este nenecito de mamita que tiene ojitos, boquita y nalguitas!
.... En fin. Por ahora me voy a vestir. En mi corazón estoy muy contenta por Lili, y pienso que esta fiestita será un poco más moderna y menos glasé que las de las películas.
Para comenzar, la nena tiene nombre de caracter Sarah Michelle, es lindo, sonoro, muy femenino y sobre todo fantasioso; y sin poder evitarlo me imagino una atmósfera dark, o algo gótica ligera (por aquello de que es una bebé) donde una chiquilla hace maromas increibles como la verdadera Vampire Slayer, para desterrar a los malvados vampiros de este mundo. Bueno, la TV me está marcando pauta mental en este momento; todo sea para evitar pensar que la charla infantil va a obligarnos a pensar que quiero un bebé, que eventualmente podría ser mamá, que quizá en unos años aquí o en otro país; caramba...como diría Monic, el reloj biológico. ¡Qué vaina!
4 comentarios:
Jejeje, Martucha, y pensar que jugamos de lo más emocionadas los jueguitos, y que para más sorna, fuiste la que se sabía más palabras de bebé con "c" y te ganaste el primer premio.
¡Estás practicando muy bien! keep going!
Slds
jajaja. ¿fiestas baby? ¿premios? uff, que agobio...
Soy también muy fan de la serie sexo en nueva york (sex and de city, of course ;-) y me acuerdo de un capítulo de la primera o segunda temporada en que las 4 iban a una fiesta de esas de una anitigua amiga de fiestas, pero que era fuera de NY, llegaban en coche y Samantha le llevaba de regalo una botella de whisky jajaja.
Bueno, saludos!
Laura por suerte la fiestita de nuestra amiga fue sencilla sin tanta tonteria maternal, jejeje.
Sin duda, Sex & the city es genial. Ese capítulo es de la 2da temprada me causó mucha risa. La cara de desubicadas del mundo que tenían todas cuando llegaron al baby shower más cursi de la década, ¡eso fue un poema! jejeje.
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Saludos
Moniquita las ironías de la vida son así: justo lo que menos gusta como las canciones pavosas, suelen ser las primeras en aprenderse, jejeje. Lo del "babything" me sale casi natural, de pequeña yo era quien cuidaba a la PILA de sobrinitos cuando íbamos de vacaciones a casa de mi abuela; así que por 2 a 4 horas (cada día que íbamos a su casas), mis tías y primas mayores estaban relax y felices mientras yo era la super nany... ¡Qué te puedo decir!
Besitos!
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